Mucha imaginación...quizá.

Últimamente, que llevo unos días un poco acatarrada...me planteo en mis aburridas horas de recuperación, los síntomas de este resfriado que he cogido...
Sí...demasiado tiempo libre, pensaréis, puede ser! cuando estemos de examenes ya veremos :)
Pero el caso es...que como todo desarrollo en la vida, mis resfriados siempre tienen una línea definida, cuántos días durará y qué síntomas tendré a lo largo de cada día. Es curioso como hasta en eso puedo encontrar similitudes con el enamoramiento...


Primer día: dolor agudo de garganta, no puedo hablar.
Primera etapa: no puedo hablar, no me salen las palabras, sólo siento.
Segundo día: empiezo con los mocos, la temperatura de mi cuerpo sube, y acabo teniendo fiebre.
Segunda etapa: empiezo a manifestar un poco más mis sentimientos, los echo fuera, la temperatura de mi cuerpo sube, y acabas pensando que tengo fiebre.
Tercer día (apocalíptico): siguen los mocos, me lloran los ojos, se me hinchan los párpados.
Tercera etapa: todo llega a su cumbre, y como todo lo que sube, normalmente baja, me lloran los ojos y me despierto con ojeras y los párpados hinchados.
Cuarto día(calma): empiezo a notar el sabor de lo que como, empiezo a oler cada aroma que se me presenta, y comienzo otra vez a vivir, puedo salir de casa, etc.
Cuarta etapa: comienzo a saborear el mundo, a oler cada cosa con otra percepción y empiezo otra vez a vivir, salgo de casa...etc.




Yo ahora estoy en el tercer día...en la cumbre, el apocalipsis! de vez en cuando, y sin saber porqué o qué lo provoca, me lloran los ojos y me duelen mucho. Tengo la nariz roja de tanto sonarme los mocos y de vez en cuando frío...de vez en cuando calor...
Echo de menos sentir, saborear, oler y todo eso, en plenitud, y no como estoy ahora, que en mi cuerpo se está librando una batalla defensas VS. virus que me deja todo el día muy débil...


En fin...en el fondo...un virus no es tan distinto al amor...