martes, 12 de julio de 2011

Amplia sonrisa

Tengo, señoras y señores, el subidón de la vida. Uno que no te lo da la droga de la esquina ni el mejor sexo que hayas probado, es el que te da el haberte superado a ti mismo, el haber logrado lo que te habías propuesto unos meses atrás, el que sabes que sólo has podido hacer tú y sólo tú, con el sudor de tu frente o muchos cafés a las dos de la madrugada. Sin más que decir...