lunes, 28 de febrero de 2011

Una noche de ansiedad y nervios, de cabreos fugaces y de alegría instantánea. Pero al final se lo llevó la señorita Portman, y sólo por eso valieron la pena las insufribles horas que precedieron a ese momento en el que Jeff Bridges le dio el merecido premio. La gala en sí fue bastante pesada, lenta y monótona, y hubo algún que otro momento en el que me quedé pasmada ante el extraño Oscar a una mujer que conocí anoche, Melissa Leo. Básicamente, me esperaba más, aunque Origen salió con varios premios, por lo que estoy muy contenta, aunque no fueran muy importantes. Un Kodak Theater maravillosamente decorado, pero ya digo, la gala pudo haber dado más de sí...


Por lo demás, demasiado cansada; este puente ha sido taaan corto...

No hay comentarios: