jueves, 7 de octubre de 2010

Explica un sueño.

                 Hoy, en clase de Filosofía, estudiábamos el poder del lenguaje para persuadir o crear una realidad en alguien, usando nuestras armas lingüísticas. Quién sabe en qué momento de la clase mi mente empezó a volar y le di la vuelta a todo manifestando otra teoría...
Hablamos sobre que nunca es posible comunicar con exactitud la realidad o idea que pretendamos comunicar, puesto que cada persona vive esa realidad de manera diferente, en base a nuestra experiencia personal y privada. 
                Si es así, ¿cómo conseguimos sobrevivir? Viviendo en nuestra propia realidad, yo nunca tendré el mismo concepto de tristeza que tú (por ejemplo)-salvando características comunes que la diferencian de otros sentimientos- porque mi concepción de esta palabra estará fundamentada en base a mi experiencia con la misma. Recordaré pues un momento en el que me sentí triste, y tú recordaras otro momento triste, pero tuyo, único, privado y totalmente personal. 
Esto es lo que trae de cabeza a miles de pensadores, y yo diría que a todos nosotros en general, porque lo que ellos quisieron siempre fue encontrar un denominador común, que posteriormente postularían, se encontraría en la razón, donde residiría una verdad única e incuestionable...aunque aun no se ha encontrado. 
Todos nosotros andamos igual, sin darnos cuenta, buscando esa manera de conseguir "aquella frase que tal vez no exista" - como diría el Robe-, para conseguir crear en la mente de nuestro receptor una realidad exactamente igual a la nuestra, con diferentes medios, con las artes, por ejemplo, pintores, escritores, filósofos, músicos...
               Todos buscaban manifestar su realidad de la forma más realista posible, como ellos la vivían, pero...¿alguna vez lo consiguieron? Cuando contemplamos una obra de arte, nunca sentiremos esencialmente lo que sintió el pintor al pintarla, cuando leemos una novela, nunca sabremos qué pasó por la cabeza de aquel escritor para escribirla de aquella o tal manera, porque, sobre todo, solo tendremos una idea aproximada, pero nunca exacta. El actor de teatro trabajará su papel y su interpretación con el fin de hacerte sentir algo, lo más parecido posible a lo que el pretende. Cuanto más eficaz sea su trabajo, más genuina y auténtica será la obra.
              Lo mismo ocurre con las relaciones, ya que siempre tenemos más afinidad con alguien cuando conseguimos "entendernos" mejor...de ahí que miles de veces, cuando clasifico mis interacciones sociales se dividan en función a ese rango de comprensión comunicativa...Hoy mismo una persona me contó su vida, pero cuando yo pretendía contestarle sobre ésta o aquella cosa, no atendía a mis respuestas, se limitaba a seguir hablando...era practicamente como hablar con la pared.


             Y así, mis relaciones, al menos las mías, serán más estrechas o intensas con aquellos con los que mejor me comunique, aquellos con los que consiga infundir mejor mi realidad, y ellos infundan en mi la suya, nunca de manera precisa ni exacta, pero sí lo más parecida posible, lo suficiente, como para sentirnos comprendidos.
              Varias personas me han comentado que les gusta leerme, y me encanta, significa que con mi humilde habilidad para escribir consigo crear una realidad en ellos, y con eso me doy por satisfecha, mientras más próxima sea a la que yo pretendía crear en un principio. Siempre pienso que el mejor escritor(casi nunca el mejor, pero sí el más comercial o conocido) casi siempre no es aquel que escribe mejor o peor sus ideas, si no más bien el que pueda hacerlo de tal manera, que consiga crear una realidad en el mayor número de gente posible. Para ello a veces debe omitir detalles, y de esta forma hacer esta idea más "general" para que todo el mundo, o la mayoría, podamos sentirnos de alguna forma identificados, o entenderlo mejor. Un ejemplo son las canciones de amor...o desamor. Nunca tratarán temas demasiado concretos o precisos, si no que serán generales, para que así un mayor número de personas comprendamos la letra, y podamos hacerla "nuestra". 


              Yo misma, ahora mismo, con todas estas palabras intento hacerme entender, hacer que quien lo lea comprenda de la manera más precisa lo que intento transmitir. Claro que siempre se escapará algo...ese "algo" que se pierde en el canal comunicativo, esa realidad que el canal absorbe y no llega nunca al receptor y se pierde en el camino. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy cierto, aunque las circunstancias de cada uno son en mi opinión las que conforman nuestros pensamientos. Aún en la misma persona, el mismo pensamiento, en dos momentos diferentes puede pasar desde una verdad irrefutable a...una locura.

Tara dijo...

Muy de Ortega, sí señor. Y claro que sí, no dejamos de ser cada vez un poco más relativistas...
gracias por comentar :D